jueves, 14 de junio de 2007

A PROPÓSITO DE MIS PUTAS TRISTES


Por Miguel Godos Curay

Piura tiene mucho de Colombia. Sólo basta nombrar a “Polita” la patriota doña Policarpa Salavarrieta, una heroína insigne y memorable de la lucha contra España, para unir espiritualmente a colombianos y piuranos que la evocan con gratitud. Todo no queda aquí llevamos lo colombiano hasta en la médula de nuestra historia. El símbolo de la piuranidad: la “venus de Frías, la “ Figurina de Frías” no es tan piurana como parece. Sólo basta admirar los museos de oro Quimbaya, el Museo América de Madrid para constatar que es obra de orfebres tolitas. Su presencia en Frías por accidente o por azar es una casualidad como que dentro de unos quinientos años en las “ruinas” de Piura se encontrara una barbie y se le considerara símbolo de las regordetas y celulíticas piuranas. Una incongruencia inexcusable. Nuestra figurina, tiene hermanitas que con un esplendor áureo abundan en los museos colombianos.
Los colombianos estuvieron en Piura por el año 1826 muchos participaron al igual que muchos piuranos en las gestas gloriosas de la independencia americana. Memorables hijos de Colombia fueron don Marino Días insigne educador afincado en Catacaos. También don Pío Díaz y el propio don Juan Manuel Grau vinculados afectivamente a doña Luisa Seminario del Castillo. Nuestro insigne Almirante don Miguel Grau lleva en su venas sangre colombiana. El castellano de Piura acopia muchos colombianismos. Un piurano lee con mucha facilidad a García Márquez. Un limeño recurriría a un diccionario. Esta fue la constatación que tuvimos en un recorrido por Paita con el insigne humanista don Otto Morales Benites, el historiador Javier Ocampo López y el museólogo Álvaro Chávez colombianos amigos de Piura.
Gabo tiene una innumerable legión de lectores en Piura. De modo que cuando empiece a circular “ Memorias de mis putas tristes” habrá que leerlo. En Piura la prostitución es un tópico de larga data. José Antonio del Busto anota que la primera buscona o ramera que llegó al Perú con los conquistadores españoles fue Juana Hernández. Doña Juana merodeaba los campamentos para ejercitar su oficio en otra palabras era puta de profesión. Pruebas documentales fehacientes indican que una tal María de Toledo ejercía la prostitución en la Villa de la Plata y era conocida como “mujer de amores” a buen precio.
Poco se conoce de una negra llamada Margarita que acompañaba a Almagro y cuyo trato frecuente con la soldadesca provocó el contagio del mal de bubas(sífilis) a toda la tropa. Piura tiene realmente una oculta fama en lo tocante a la gimnasia de la verija. El poeta Terrala y Landa, en plena colonia, refiere humorísticamente en verso lo que acontecía en Piura: “ Que descanses en Piura/ Ciudad con visos de Pueblo/ Benéfica solamente/ Para el contagio venéreo. Otros versos del poeta realmente picantes dicen : “ Verás ciertos maricones/ Plaga del clima limeño/ Con voces afeminadas/ Cotillas y Barbiquejos/ .... Verás muchos alcahuetes del uno y el otro sexo. / Muchos casados de honor/ veras allí, no lo niego,/Pero también verás mas/ Que en su vida lo tuvieron. “
¿Qué es lo que tuvieron?. Sin duda el mal venéreo. Miguel Gutiérrez inicia su novela, actualmente en reedición, El Viejo Saurio se retira, con un epígrafe no menos solemne del siglo XVI : “ Si vas a Piura la gonorrea es segura”.
En el siglo XIX los más grandes prostíbulos de los que se tiene noticia estaban en Paita a consecuencia del vigor económico de la caza de la ballena. Las enfermedades venéreas entre la marinería eran tratadas con dosis de venenoso mercurio. En Paita se empleaban las tizanas de zarzaparrilla y tintura de guayacán. Ricardo Palma recuerda el memorable barrio de Maintope ( de maintop, la cofa del palo mayor) de hospitalidad barata pero de terribles consecuencias poblado de pulperías y burdeles. Por aquel entonces había en el puerto una población femenina mayor que la masculina.
Piura, refiere Federico Blume Corbacho, tenía fama terrible. “Los que se van a Piura, por lo general, lo ocultan o disimulan, alegando negocios de algodón o de cueros de chivo. Los baños allá son de arena y nada tienen de aristocráticos ni de agradables. Un regreso de Piura no se luce ni se publica: es un secreto de familia.” En efecto los baños de arena caliente eran la terapia para el mal gálico. Piura, definitivamente, no es un islote de virtudes despojado de pecados carnales. La Casa Verde, memorable lupanar entre la arena y las estrellas. Ha quedado inmortalizado por Mario Vargas Llosa. Pocos recuerdan que “el siete”, junto a la Quebrada de las monjas, se creó junto a un campo de polo en el que se solazaban “colorados y blanquitos” . El “siete y medio” y el “Viduque” crecieron con la prosperidad del algodón. Quienes ayer los frecuentaron evocan la bulliciosa rockola y sus mambos Hoy son vieja leyenda personajes como Josecito Mendoza o la flaca Inés Tirado quienes los regentaron sin que los registre la historia oficial. Tras la arremetida de la peste rosa este no es acaso un vaporoso recuerdo de putas tristes. (Piura, 22 de octubre del 2004)

1 comentario:

Richard Chavez dijo...

Leí aquella obra de Gabo. Magnifica, hasta podría decir que es la mejor obra que he leído, y me fue fácil leerla. Será un gusto leerla por quinta vez.

Richard Chávez
www.richardchavez.blogspot.com